Princesa en camino a la perfección

domingo, 27 de septiembre de 2015

Una noche mas

Era de madrugada y mi cabeza seguía dando vueltas. Pensé, pensé mucho.
Me gusta la sensación de hambre, del estomago vacío. Me hace sentir bien, pero siempre lo arruino con algún atracón con culpa. Es así que llegue a la conclusión que me gustan las cosas que me hacen mal o sentirme mal, no sé. Voy a contar un poco de mi historia para argumentar mi deprimente hipótesis.
Hace poco mas de cuatro años (yo en la secundaria) conocí a un chico tres años mas grande en el colegio. Hablábamos, era divino: amable, dulce, caballero. Él me gustaba y yo a él. Pero claro, tuve que arruinarlo.
¿Que otra cosa podía hacer? me enamoré, perdón, me OBSESIONE con su amigo, llamemoslo "Francisco", que como no podía ser de otra manera, tenia novia. Rubio, alto, ojos celestes, un completo idiota. Empecé a hablarle, él me histeriqueaba, daba vueltas (seguía con su novia, obvio). Yo me humillaba, lloraba, hasta llegué a decirle todo lo que sentía, sin que se le mueva UN pelo, él podía hacer lo que sea conmigo, lo había idealizado completamente. Dejé de hablar con un chico tan dulce para intoxicarme con alguien que me registraba cuando y como quería. Al tiempo Francisco fue mi novio casi un año. Una relación completamente monótona y desequilibrada.
Otro ejemplo. Hace casi dos años decidí tatuarme. Quien fue mi tatuador, llamemoslo en este caso "Santiago" tenia casi doce años mas que yo: morocho, ojos marrones, barba, una sonrisa preciosa ¿que paso? ¡Si! Me enamoré, perdón otra vez, me OBSESIONE. Tiene una personalidad muy misteriosa que me atrapa completamente, y que conste que digo atrapa porque hasta el día de hoy que me sigue provocando miles de cosas. Tenemos amigos en común, por lo que coincidimos en varios lugares muchas veces, nunca llego a pasar nada, pero déjenme soñar que fue porque no era para mi, o si, pero no en el momento justo de nuestras vidas, porque claramente teníamos onda, mucha, se notaba. Pero he aquí: él se puso de novio... ¡Otra vez! humillación, llanto, crisis. Yo empecé a hablar con uno de sus amigos con muy buena onda, demasiada, él era completamente lindo conmigo, lo que yo necesitaba en ese momento: amor puro. Hablamos cada vez con mas frecuencia, nos veíamos y ahora es mi novio, hace un año. Si se están preguntando si sigo amando a Santiago, sí, va amando no, obsesionada. Esa estúpida manía de confundir amor con obsesión. Obviamente ni Santiago ni mi novio saben nada de esto, es algo que me guardo para mi, y ahora ustedes. Pero creo que estas cosas hacen que inconscientemente no pueda estar completamente bien con mi novio.
Ahora que lo leo, veo lo retorcida que soy.
Bueno, toda esta historia para concluir que soy: retorcida, caprichosa, infeliz, vueltera, indecisa, insegura.
No puedo estar bien con nada ni nadie, siempre hay algo que me perturba y no me deja, no me deja ser... "feliz".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario